¿Cómo es esto? Bueno, el caso es que informado por sus voceros verdes que tiene en el taller se apareció con las típicas y burocráticas soluciones, el imbécil toma como propio el conflicto, lo lleva al Ministerio de Trabajo y este tras acordar con la empresa y el gremio congela la medida, es decir, había que continuar trabajando tras la promesa empresarial de continuar con las obras. La empresa aprovechándose de tal disposición continua con los trabajos “a su manera”, es decir, como se les canta las pelotas.
Este parasito de la burocracia vive empeñado en creer que tiene la solución para todo y se cree importante porque pisa un ministerio, nada más estupido. Este personaje no entiende todavía, y eso que hace ratos que camina el gremio, que la burocracia ha tomado como método discutir absolutamente todo en el ámbito del Ministerio de Trabajo para coartar cualquier medida y así garantizar la famosa paz social.
Lo cierto es que Daniel Lauman, este incorregible chupahuevo de Pedraza entregó el conflicto del Taller Liniers, la empresa sigue cagandose de risa.