EL TREN LLEGA A LA COMISIÓN DE TRANSPORTE DE DIPUTADOS DE LA NACIÓN
La Cámara de Diputados tratará esta semana de revertir el ritmo cansino de los legisladores tras las vacaciones y acelerar los tiempos que le permitan llevar al recinto, antes de fin de mes, los proyectos que el Ejecutivo envió al Parlamento en su convocatoria a sesiones extraordinarias.El kirchnerismo insistirá en completar la conformación de las comisiones que deben tratar los cinco temas que el Gobierno giró a la Cámara baja. La prioridad será el proyecto para el “reordenamiento ferroviario”, una iniciativa impulsada por Julio De Vido que contempla la creación de dos nuevas empresas estatales en condiciones de controlar y operar las redes ferroviarias.Sin embargo, el proyecto –que fue modificado en el Senado– sufrió un duro traspié en Diputados: no consiguió los votos para transformarse en ley y la resistencia a otorgarle “más poder” al ministro de Planificación atravesó al propio oficialismo y sus aliados.El kirchnerismo en Diputados hizo propio el lema del “paso a paso”. Primero ordenó el frente interno con un reparto de las presidencias de las comisiones legislativas que favoreció a un amplio abanico peronista, en sintonía con el objetivo de Néstor Kirchner de reorganizar el PJ. Ahora, mientras discute con los relegados bloques opositores –y con los aliados K– los cargos que ocuparán en las comisiones, buscará ponerlas en marcha para tratar los proyectos oficiales.De los once proyectos que el Gobierno envió al Parlamento, seis tendrán un primer paso por el Senado, mientras que los restantes lo harán por la Cámara baja: reordenamiento ferroviario; implementación de pulseras con chips –para su identificación– a los recién nacidos y sus madres; la regulación del sistema turístico de tiempos compartidos; y la modificación a la legislación penal sobre trata de personas.La prioridad K será el sistema ferroviario. El proyecto fue ideado tras la rebelión de los usuarios en Constitución, donde la cancelación de los servicios en la ex línea Roca desató la furia contra Metropolitano y terminó con la cancelación de la concesión. La empresa de Sergio Taselli ya había perdido también la concesión del ex ferrocarril San Martín por las pésimas concesiones del servicio. Ambos ramales terminaron quedando en manos de una UTE que aglutina al resto de los operadores ferroviarios que ganaron las licitaciones en la etapa privatizadora menemista, entre ellos TBA (Mitre y Sarmiento). El argumento del Gobierno fue entonces que esos ramales no podrían volver al Estado porque éste había desmantelado su propia estructura ferroviaria.Ahora, el proyecto oficial prevé la creación de la Administración de Infraestructura Ferroviaria y la Operadora Red Ferroviaria, que pasarían a depender del Ministerio de Planificación. La primera tendría a cargo “la administración de las infraestructuras ferroviarias propias y de las que se le encomiende”. Una tarea que abarca desde la confección y ampliación de la actual infraestructura en sociedad con privados o Estados provinciales, hasta el control y la inspección de todos los ramales ferroviarios, incluidos los privados. También pasaría a controlar “la recepción de los cánones” ferroviarios y la “explotación” de los bienes del Estado, concesionados o en manos del liquidador Onabe.La otra empresa se ocuparía –según el proyecto– de “asumir por sí, por intermedio de terceros o asociada a terceros, la prestación de los servicios ferroviarios, de pasajeros o de cargas, que se le asignen, los que se encuentran concesionados y que por distintas causales reviertan al Estado nacional, así como los nuevos servicios que se creen”.La oposición divide aguas entre quienes respaldan la participación estatal y los que no quieren que el Estado vuelva al negocio ferroviario. Pero a ambos los une una misma consigna: “Que no sea De Vido quien las maneje”. Las críticas al ministro incluyen “el manejo irregular en los subsidios” a las empresas de transporte y a los mismos operadores a los que se les quitó la concesión; y la “evasión de los controles estatales de las nuevas empresas, que se regirán jurídicamente como Sociedades del Estado, equivalente al de las empresas privadas”. Tampoco olvidan la creación –a través del mismo sistema– de la petrolera Enarsa y la fracasada experiencia de la compañía Lafsa de aviación.“No manejaron aviones ni petróleo. Sólo sirvieron para hacer negocios privados”, afirman desde la oposición. Para el oficialismo, las críticas no son sobre el proyecto. “¿A dónde quieren que vayan a parar? ¿Al Ministerio de Educación? Los cuestionamientos no son serios”, dijo un encumbrado diputado kirchnerista, convencido de que esta vez conseguirán los votos para aprobar el proyecto.
(Fuente: Parlamentario)
NO HUBO AHORRO EN SUBSIDIOS, PESE A LAS SUBAS EN TRANSPORTE
Transcurrió algo más de un mes y nada cambió. O, en rigor, sí: los usuarios pagan más por el mismo servicio. Desde el primer minuto del año, el transporte urbano ya goza de un nuevo cuadro tarifario -más caro, por cierto- que fue presentado por el Gobierno como una manera de empezar a bajar los millonarios subsidios que reciben los transportistas.Pero ya pasó el primer mes y no hubo ninguna modificación ni en los montos de los subsidios ni en la forma de calcularlos, y lo único que parece haber cambiado es la recomposición de la rentabilidad de las empresas prestadoras de los servicios.Había sido el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, el que se había encargado de señalar que el aumento de los boletos implicaría un ahorro de 600 millones de pesos en el año. Pero, por ahora, esa meta parece lejana.En enero, el Sistema Integrado del Transporte (Sitrans) -un fondo desde el que se subsidia a colectivos, trenes y camiones- repartió 327 millones de pesos. Si la comparación se hace con diciembre -cuando los subsidios llegaron a 322 millones-, el aumento de la erogación de enero fue del 1%. Si la comparación, en cambio, es contra enero del año pasado, el incremento es del 307%. Entonces, desde la Secretaría de Transportes se distribuyeron 80,5 millones de pesos, frente a los 327 millones que partieron desde los despachos de Ricardo Jaime un año después.Más allá de los números, que surgen de la Unidad de Control de Fideicomisos Financieros (Ucofin), cuatro transportistas confiaron a LA NACION que no se habían percibido cambios en los subsidios de enero. Los cuatro transportistas casi rogaron no ser mencionados. “En realidad -se sinceró uno de ellos-, nunca creímos que se iban a bajar los subsidios, ya que todas las negociaciones que tuvimos con el Gobierno apuntaban a mejorar la ecuación de los empresarios. Es decir, si aumentan el boleto y bajan los subsidios en esa proporción, el problema de financiamiento que tenemos sería el mismo.”Un director de otra compañía de servicios públicos dijo que los subsidios de enero no habían tenido cambios, mientras que un empresario de colectivos confirmó que el régimen de subsidios está intacto.Los trenes primeroDesde la llegada de 2008, la tarifa mínima de los colectivos que en alguna parte de su recorrido tocan la Capital Federal (las líneas que se numeran del uno al 200 y que dependen de la jurisdicción nacional) pasaron de 75 a 90 centavos, mientras que la segunda sección pasó a un peso. Esos aumentos también se aplicaron a trenes y subterráneos. En cuanto a los ferrocarriles, los incrementos fueron de entre el 10 y el 30%, mientras que el boleto único de subte pasó de 0,70 a 0,90 pesos.Los más beneficiados durante el primer mes del año fueron los trenes. La mano de Jaime los “bendijo” esta vez con subsidios por 89 millones de pesos, lo que constituye todo un récord. Desde que los ferrocarriles empezaron a recibir subsidios a la tarifa -en junio de 2002, cuando el entonces presidente Eduardo Duhalde decretó la emergencia del transporte- los ferrocarriles recibieron 1349 millones por este concepto. Sin embargo, nunca antes habían embolsado tanto dinero en un solo mes. Por caso, en diciembre, el monto de subsidios fue de 38,4 millones de pesos, y el período en que más dinero se les depositó fue noviembre de 2006, con 46,8 millones de pesos. Ambos lapsos, muy por debajo de los 89 millones del mes pasado.Algo similar ocurrió con el Siscota, otro sistema que rige desde 2004 y que se nutre del impuesto al gasoil. El fondo que subsidia a los empresarios del transporte de cargas para mejorar aspectos vinculados a la transformación del sistema de transporte de cargas por automotor también tuvo en enero su mes récord.Los camioneros recibieron 9,3 millones de pesos en enero, muy por encima del hasta ahora mes récord: abril de 2007, con $ 3 millones.El Sistau (fondo que lubrica el alicaído transporte urbano de pasajeros) giró en enero 240 millones de pesos, algo menos que los $ 240 millones de diciembre, pero muy por encima de los $ 147 millones del mismo mes del año anterior.Así se inició el año para la danza de los millones que reparte el Ministerio de Planificación Federal en subsidios al transporte. Y, pese a los récords del primer mes de 2008, quedan aún once meses para lograr el ahorro prometido por el ministro De Vido.
(Fuente: La Nación).