
No se trata de seguir pasando a manos privadas los ferrocarriles, sino de que vuelvan al Estado. Y si la quita de esta concesión se debe, como dice el gobierno, al “incumplimiento y malos servicios”, eso también les comprende a todas las demás líneas férreas que deberían correr la misma suerte. Pero el gobierno no lo hace.
Las privatizaciones fracasaron pero Kirchner se niega a volver atrás con ese pilar del modelo menemista y las sigue subsidiando. La única salida para que el tren vuelva al pueblo es reestatizar todas las líneas férreas y poner a funcionar el ferrocarril bajo control de trabajadores y usuarios.
Fuente: El Socialista