La Defensoría volvió a recorrer esta semana distintos ramales ferroviarios y registró documentos fotográficos y fílmicos que “demuestran el maltrato y la situación de inseguridad a la que se ven sometidos cotidiana y permanentemente miles de usuarios”.
El defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, aportó nuevas pruebas en la causas judiciales que vienen promoviendo contra las concesionarias de trenes del área metropolitana. Además, exigió “urgente resolución de la Justicia ante los reiterados y sistemáticos incumplimientos que ponen en grave riesgo la seguridad de las personas”.
Una comisión de la Defensoría volvió a recorrer esta semana distintos ramales ferroviarios y registró documentos fotográficos y fílmicos que “demuestran el maltrato y la situación de inseguridad a la que se ven sometidos cotidiana y permanentemente miles de usuarios”.
“La situación no ha mejorado, el atropello a los derechos humanos continúa vigente para con los usuarios del ferrocarril y esto lo venimos denunciando desde hace ya mucho tiempo”, aseguró Mondino.
En junio de 2005, el ombudsman nacional promovió una acción judicial contra las empresas concesionarias de trenes y el Estado nacional para que se brinde “un servicio digno y eficiente”. Esta semana, la Defensoría nacional recorrió las estaciones Plaza Once y Liniers de la Línea Sarmiento, perteneciente a la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA), y las estaciones Caseros y Hurlingham de la Línea San Martín, de la Unidad de Gestión Operativa (UGOFE S.A.), la unión de empresas conformada por todos los concesionarios del área metropolitana que se hizo cargo del ramal después de que se le quitara la administración a Trenes Metropolitanos, la compañía de Sergio Taselli. “En horas pico, la gente viaja colgada de los estribos de los vagones, poniendo en grave riesgo la vida de las personas”, dice el informe de la Defensoría. “Hay vagones sin iluminación, con puertas trabadas y vidrios rotos”, agrega. Y destaca que, además de no respetarse las frecuencias, es normal ver usuarios que cruzan las vías del tren para abordar la formación del lado opuesto, y también pasajeros que viajan colgados entre vagones (zona de fuelles).